Obra de Mateo Santamarta.
Carta desde mi celda.
Técn. mx./ papel.
70x50,
2010.
***
Era demasiado joven y creía que los barrotes de hierro de mi celda y los altos muros que la rodeaban eran la peor forma de privación de libertad posible.
Pero entonces sabía pilotar nubes y construir alas cada día.
Luego supe que la prisión interior es mucho más desoladora, que sólo la muerte me liberaba de ella -y aprendí a morir cada día-.
También supe -aún más tarde- que ellos podían construir prisiones en las que voluntariamente te encerrarías.
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Era demasiado joven y creía que los barrotes de hierro de mi celda y los altos muros que la rodeaban eran la peor forma de privación de libertad posible.
Pero entonces sabía pilotar nubes y construir alas cada día.
Luego supe que la prisión interior es mucho más desoladora, que sólo la muerte me liberaba de ella -y aprendí a morir cada día-.
También supe -aún más tarde- que ellos podían construir prisiones en las que voluntariamente te encerrarías.
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