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domingo, 9 de marzo de 2014

Rainer María Rilke> Elegías de Duino> Cuarta Elegía.


La cuarta elegía
Oh árboles de vida, ¿cuándo el invierno?

Nosotros no vamos al unísono. No somos sensatos
como las aves migratorias. Retrasados y tardíos,
nos imponemos repentina, forzadamente a los vientos,
y nos derrumbamos sobre un estanque indiferente.
Sabemos al mismo tiempo florecer y marchitarnos.
Y por algún lado andan todavía los leones y no saben,
mientras siguen siendo majestuosos, de impotencia alguna.
Pero nosotros, cuando queremos una cosa, siempre,
ya estamos acariciando la otra. La hostilidad
es en nosotros lo primero. ¿Acaso los amantes
no están siempre poniéndose límites, uno a el otro,
ellos, que se prometían espacios, presa, hogar?


Personalmente recomiendo la lectura de la versión al español de Jaima Ferreiro Alemparte. Una magnífica Antología puede leerse en la colección AUSTRAL. Desafortunadamente no la encuentro en la red. Os dejo, como muestra, su versión de estos primeros versos: 



Cuarta Elegía

¡Oh, árboles de la vida! ¿Cuándo vuestro invierno?
Nosotros no vamos al unísono. No somos avisados
como las aves migratorias. Tardos y rezagados
nos imponemos de pronto a los vientos,
para caer luego en un estanque indiferente.
En nuestra conciencia se dan a la vez florecer y marchitarse.
Y todavía en alguna parte viven leones, que nada saben
de impotencia, mientras dura su esplendor.

Pero nosotros, cuando pensamos una cosa, enteramente, 
estamos sintiendo ya el despliegue de la otra. La hostilidad
nos es lo más próximo. Los amantes, ¿no tropiezan 
constantemente con sus límites, el uno en el otro,
ellos, que se prometían espacios dilatados, caza y patria?
(...) 

R.M.R. En versión al castellano de J.F.A.

2 comentarios:

Isolda Wagner dijo...

Querido Mateo:
Me encanta esta pintura, veo el corazón hecho de dos en pleno debate. Ya sabes, el arte es lo que uno ve y siente. Lo has ligado a la cuarta elegía de Rilke. Será casi una blasfemia, pero a mí me gusta unirlo a tu poema de la entrada anterior. Es bellísimo: 'No vendrá ya mi dulce Adriana'
Eres un enorme poeta, que se oculta tras la pintura.
Muchos besos.

mateosantamarta dijo...

Gracias, Isolda. Eres muy amable. No sé si soy poeta o no, si lo soy, soy un poeta torpe. Besos, amiga. Te confieso que el que madure un poema dentro de mí requiere casi de un ciclo completo de estaciones.