Como errante extranjero
por la
vida deambulo
Me arrastro aferrado a una esperanza
Ulises coronado ya de canas
ignorante después de largos viajes
Largos viajes desde el día tan lejano
en que mis ojos buscaron ya infinitos
Tendría uno
dos quizá
tal vez
mil años
Acompañé en su vuelo a los vencejos
Navegué entre las nubes y los vientos
cantando con la alondra allá en el cielo
Filigranas pintó el sol sobre mis alas
en aquel segundo eterno:
sencillez y precisión tan delicada
sobre el curso de las aguas con libélulas volaba
Ya mayor
días
después
lejos de
Ítaca
surqué mares navegando sobre rocas
debió vencerme el sueño o no me explico
como pude no encontrarme naves griegas
He soñado un paraíso aquí
en
la Tierra
Sin mentira busqué vida
y sin
miseria
Encerraron mi cuerpo en una celda
Seguí viajando entonces
no hubo
tregua
y mi viaje era siempre en busca de ella
Prométeme mujer
Tú
fiel y
eterna
que a nadie nunca abrazo escatimaste
que el día que te encuentre y tú me halles
me dejarás dormir
ya para siempre
en tu cálido seno
en tu regazo
Julio
de 2004
8 comentarios:
Mateo, me has dejado con la boca abierta con este poema. Es bien bonito, una hermosura. Lo mismo que el cuadro.
Un conjunto perfecto.
Abrazos.
Gracias, Isabel. Eres muy generosa. Tanto la pintura -de hace más de 30 años- como el poemita son ejercicios de aprendizaje. Un abrazo, amiga,
Pues es un ejercicio de aprendizaje fulgurante!!! Se te da muy pero muy bien el ejercicio del versar.
La pinturas son como evocación de medusas, fantasmas y títeres flotando en sus dramas y operetas.
Un abrazo Artista!!!
Gracias, Aristos. Como Isabel lees mis versos con generosidad amistosa. Algo así es la pintura: cosas poco sólidas -sueños de artista-. Un abrazo.
La esperanza nos alimenta, querido Mateo. Sea amorosa, social, laboral.
Y un día, a la vuelta de la esquina, allí está un parte de lo que soñábamos.
Muchos besos
La esperanza es lo último que me queda, con un poquito de fe, Virgi: quizá debiese tener más fe en mí mismo y las cosas me irían mejor. Pero tenemos la personalidad que la fuente de vida nos regala. Besos, amiga.
Un poco poeta -decías. Un enorme pintor lleno de sensibilidad para todo, entre otras cosas, escribir.
Muchos besos, siempre.
Gracias, Isolda. Lo que ocurre es que eres muy amable. Besos, amiga.
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