Amanecía en la estepa
sobre los pétalos blancos
y la luz me deslumbraba
desde las gotas brillantes.
(mateosantamarta)
"...Dicho esto, podemos hablar de uno de los grandes referentes de nuestro pintor: Izagre, los orígenes. Siempre que puede, Mateo se acerca a su pueblo, a escudriñar los latidos de un vecindario entrañable, de más años ya que horizonte. A saciarse de la luz y de los vientos de aquella estepa, profunda y diáfana que marcaron los rumbos de sus yerros y sudores, de sus ilusiones y esperanzas. Son tierras al cobijo de la Vía Láctea, con aromas propios y ecos de Pedro Páramo y de Jesús Torbado. Campos de fuego, friolera, pan y sudor que le cautivaron desde su infancia. Allí es el espejismo abisal, girasol y mar, que se funde en el horizonte con los azules y las estrellas, abismo de densidad enésima, capaz de engullir materia y energía, como si de un agujero negro se tratara. Aquí bebe Mateo. Ahí su fuerza. Hace suyas las energías telúrica y cósmica de aquellos campos y, sin necesidad de reproducir ni sus espacios, ni sus ámbitos, ni sus tintes, sino, tan sólo, dejando operar libremente sus extractos en su mente, materializa el latir de sus introspecciones, articula las ensoñaciones y valores de su mundo y lo pone ante nosotros. Y así, al igual que el cierzo y la canícula modelan aquellos paisajes y cuanto en ellos alienta, el crea espacios de texturas mixtas donde luz y color se agitan en oquedades, en pliegues magmáticos, que recorre de leves sugerencias materiales surgidas en su subconsciente, alegoría de los espacios, humano y terrenal, aún vírgenes..." (Manuel Linares-Rivas)
Vuelvo a poblar mis soledades
regreso a mi estepa de silencio
a su horizonte cortado con espada
estepa en que mi casa se enraíza
Vuelvo a ti después de un leve sueño
amasado con mieles y cenizas
Vuelvo a ti
labrados nuevos surcos
en la tierra que aquí dentro me palpita
Algún día el dolor ya será niebla
mi aliento compañero fiel del cierzo
y este sedimento aquí en la conciencia
solamente recuerdo
ya ni viento
Para qué vivo yo siendo alquimista
para qué de colores y de sueños
para qué he cultivado los dolores
alegrías y pesares
los amores.
(mateosantamarta)
El aire frío en mi rostro
y un horizonte infinito
Bajo mis patas
la estepa
Sobre mis lomos
el viento
Yo trotaré solitario
sobre la escarcha del suelo
y lanzaré mi aullido
contra el castigo del cielo.
(mateosantamarta)
Los chopos florecen y se yerguen orgullosos en el cielo con su manto de flores...
Algunas puertas cuentan el tiempo con nostalgia mientras esperan el regreso de quienes un día salieron, aunque la mayoría festejan con regularidad la lealtad de sus dueños...
Mi estepa?
horizonte inmenso
de cielo infinito
y viento
Mi estepa?
mar verde y tierno
Se torna duro desierto
cuando lo decide el tiempo.
(mateosantamarta)
Aman su cielo infinito las golondrinas que impacientes regresan cada vez más pronto, también los vencejos, expertos veleros del aire...
Amapola deslumbrada
fulgor de rojo brillante
bajo el sol de la mañana
casi aún no iniciada
tímida aún y expectante.
(mateosantamarta)
Entre el verde tierno y frío
los puntos rojos
brillantes
En sus pétalos translúcidos
pequeñas gotas
y el aire.
(mateosantamarta)
Bendita seas, agua generosa que aliviaste un día la necesidad de mi casa....
14 comentarios:
Maravillosa edición donde las atmósferas del paisaje son acariciadas por la profundidad y suavidad de los versos que complacidos brotan del alma.
Este tipo de ediciones son las que armonizan vida y belleza.
Muy bien amigo Pintor, amigo Poeta!!!
Gracias, Aristos. Eres muy amable, para no pecar de demasiado humilde voy a aceptar el título aprendiz aventajado de pintor y el de aprendiz primerizo de poeta. Un abrazo.
Solo ahora veo esta entrada tan roia de ti; fotografía, flores, poemas, pintura y un sentimiento impagable de arraigo a los orígenes.
Precioso y emotivo. Lo vuelvo a leer. Un beso enorme, Mateo
Donde si no la raíz? Si la pierdo ¿qué soy yo? Sólo una hoja en el viento. Un abrazo Isolda.
Tus palabras engrandecen el pueblo en el que naciste, Izagre.
Es un post perfecto: las dedicatorias, tus versos y las hermosas fotografías.
un saludo
Bueno, al menos constituyen un acto de agradecimiento. Gracias, Esilleviana. Es un pueblo pequeño, pero es aquel en que el destino me colocó. Un saludo.
Yo no podria describirlo mejor tus colores olores y vientos se perciben como si paseando a tu lado, por Izagre estubieramos.Un paseo cargado de sueños y recuerdos que nos demuestran nuestro camino para nada y para todo hemos nacido en un lugar que siempre debe estar preferente en nuestros sentimientos ya que estos nacieron y crecieron en ese lugar y en nuestro caminar se extienden hasta sitios infinitos porque infinito es el recuerdo!! Un abrazo Mateo alverga silecio porque él te hablara de muchas cosas.Besos
Yo creo que sí, Virgi; que debemos recordar y frecuentar en la medida de lo posible nuestro origen. Incluso, si es posible, volver a vivir en él. Besos.
Se parece a Villaquejida?
Tu lo has dicho se parece, en el viento el sol y los arboles añejos. se parece en los sentimientos que albergamos sobre la tierra que nos vió nacer y que sujetó nuestros primeros pasos y en mi caso tambien seguramente soportara mis ultimas andanzas.Ha llovido por aqui bastante y la naturaleza pondra belleza alrededor de nuestros pueblos!!! besos
Gracias, Tini. No sabes como me alegra saber que ha llovido: cuando estuve, hace poco, el alma se me encogió al ver algo que nunca había visto. Villaquejida e Izagre están muy cerca, por lo que los imagino con un paisaje parecido, aunque sé que como pueblo el tuyo es más grande y más viable. Bien quisiese yo que el mío siguiese siendo viable. Besos, amiga.
Belleza.Sentimiento.Arte.
Raíces nutricias y alas imprescindibles para la creación.
Volvemos ,siempre,inevitablemente a los orígenes en un reencuentro con nuestra esencia , aún estando lejos.
Un abrazo.
Hubo un tiempo en que parecía haberme divorciado de mis orígenes: ahora no me puedo entender si no es a través de ellos. Un abrazo, Carmela.
Vuelvo a leer esta entrada tan hermosa; es un conjunto precioso, eres tú y tu obra.
Ojalá te prodigaras más con tu obra!
Besos de atardecida.
Gracias, Isolda...De allí vengo, como sabes. Es como otro mundo mi pequeña estepa...ni mejor, ni peor: distinto...un horizonte infinito que marca el sol. Besos, amiga.
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